La ‘smart office’, ¿el lugar donde querrás trabajar?

 En Transformación Digital

Si vivimos en hogares cada vez más inteligentes, nos desplazamos en coches inteligentes y nuestro teléfono es inteligente, ¿por qué no exigir lo mismo en nuestro espacio de trabajo?

Hace no mucho tiempo algunos hablaban del final de las oficinas como consecuencia del avance de las nuevas tecnologías y la irrupción del teletrabajo. Nada más lejos de la realidad. La oficina, entendida como el espacio que tradicionalmente hemos conocido, ha sabido evolucionar hacia un nuevo concepto que tiene en cuenta las nuevas tecnologías para impactar de manera positiva en el bienestar de los trabajadores, el aumento de la productividad y la transmisión de los valores y la cultura de las empresas.

Si vivimos en hogares cada vez más inteligentes, nos desplazamos en coches inteligentes y nuestro teléfono es inteligente, ¿por qué no exigir lo mismo en nuestro espacio de trabajo? Si bien tradicionalmente la oficina ha cumplido la importante función de suministrar las superficies que facilitan el desarrollo de las actividades administrativas de las empresas, hoy en día debe afrontar un nuevo reto y pasar a convertirse en una palanca que contribuya a la creación de valor y el desarrollo de la cultura de trabajo de cada empresa, incluida la mejora de la experiencia laboral de las personas.

La aparición de soluciones de espacios flexibles y del coworking es una muestra evidente de que, a pesar de la presencia del teletrabajo, los espacios físicos son imprescindibles en el desarrollo de los proyectos empresariales. Obviamente, estos espacios no son los que tradicionalmente hemos conocido en el siglo pasado. En la actualidad deben ser consecuentes con los cambios arquitectónicos y de diseño que favorecen el trabajo colaborativo, la comunicación y la productividad como los espacios abiertos, zonas de reuniones y espacios diferenciados para las distintas tareas que realizan las personas en su día a día. Así mismo, estos nuevos espacios deben contemplar la existencia de áreas de ocio, descanso y convivencia que posibiliten el confort de las personas y la intercomunicación entre ellas.

La tecnología debe implantarse en estos nuevos espacios con una visión de servicio a las personas para facilitar el desempeño de sus responsabilidades y hacer más eficiente su trabajo. Los espacios de oficina suponen hoy una parte importante de la imagen de las empresas y no cabe duda que el diseño de sus espacios puede expresar mejor que las palabras los valores en los que se asienta la cultura corporativa de las compañías.

Uno de los grandes retos de las empresas en la actualidad es la promoción y retención del talento de las personas que trabajan en ellas, siendo comúnmente admitido que el capital humano es el elemento decisivo para la capacidad de competir de las empresas. En este sentido, se constata una relación entre el grado de compromiso con la empresa de los trabajadores y la conformidad de estos con los espacios de trabajo.

Todos estos aspectos y algunos más configuran un presente y comienzan a determinar el futuro de una industria, la de las Oficinas, que deben ser aprovechados para situar a España en el mapa de grandes hubs empresariales de Europa.

Vía José María Álvarez – Retina El País